Los orígenes
En 1983, mi padre abrió las puertas de la Pescadería Federico en el corazón de La Puebla de Cazalla. Desde entonces, este negocio familiar se ha convertido en un pilar de nuestro pueblo, conocido por su calidad y servicio cercano. Desde que era niño, siempre estuve junto a mi padre, aprendiendo los secretos del mar y del negocio.
Mi juventud
Crecí entre las bancas de pescado fresco y el aroma salado del mar, absorbiendo cada lección y valor que mi padre me enseñaba. Desde el colegio hasta la universidad, siempre estuve allí, ayudando y aprendiendo. Cuando mi padre finalmente se jubiló, asumí las riendas del negocio con la misma pasión y dedicación que él.
Una experiencia familiar
Actualmente, la Pescadería Federico sigue siendo un negocio familiar, donde cada pieza de pescado lleva consigo años de tradición y experiencia. Me enorgullece continuar con el legado familiar, brindando a todos productos del mar frescos y un servicio que va más allá de una simple transacción: es una experiencia familiar.